HERMANA
Esto que les contaré, paso hace muchos años.
Cruzábamos en una lancha, que tenia un motorcito, el caudaloso Río Panuco.
Mi hermana, mi madre y yo.
La brisa fresca del río, nos envolvía.
La espuma de las olas, que se formaban, al arañar la superficie, nuestra lancha, hacia que nos sintiéramos temerarias, y estirábamos la mano, para mojar siquiera la punta de los dedos.
Iban, aparte del lanchero, otras personas, que del pueblo se dirigían al puerto.
En donde mejores trabajos, escuelas, y comercios había.
Iban en búsqueda de todo aquello, que en la orilla norte, del estado de Veracruz, era tan difícil, y caro de conseguir.
Y pensar, que ese mundo de agua, bajo nuestra lancha, era la diferencia entre vivir bien, o mal vivir.
Entre un hospital, o un funeral.
Bebiendo el sexo de la discordia
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Soy sacrílego
de mis propios versos,
de la poesía absurda
que anida en los intestinos del olvido.
Soy un agujero negro
en el cielo ciego
de ...
Hace 10 horas



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