Mi hijo, que vive en Monterrey, dice que tiene muchos gastos, que porque no me animo y me marcho, a vivir con ellos.
Así, me quedaría a acompañar a los nietos, mientras el trabaja en su taller automotriz, y su esposa, sale a vender mercancías, y es que le salió muy buena para los negocios.
Yo sé, que ese hijo mío, sufrió tanto en la vida, para salir de pobre, que ahora el cree, que el poseer más y más, lo llena.
Y yo veo, que entre más tiene, más necesita.
Mi hijo, el maestro, me contesta, que debe pagar su próximo traslado a Poza Rica, pero que si yo me voy a vivir con el, lo atiendo en la lavada, planchada, y demás quehaceres de su casa, el apretará lo ganado de sus quincenas.
Y entonces, podrá exigir, con una buena cantidad de dinero en la mano, un traslado directo, de Poza Rica, a ésta ciudad.
Además, me recomienda, que para que meterle dinero bueno al malo.
Si ya ni se usan las casas de madera.
Y me insiste ¡vengase, mama!, y dentro de unos años, en el puerto una residencia de material tendrá.
La carta, que recibo de mi hija Isaura, unas cuantas líneas, que con 5 hijos, ni para comer le alcanza. Y que el marido un irresponsable le salió.
Agrega, ni modo mamá, como dice el dicho, “primero mis dientes, que mis parientes”.
Y termina, con un “yo se que tu comprenderás”.Al leer estas respuestas a mi suplica...
En el páramo de la soledad
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En el páramo de la soledad
Existe un lobo
Que enloquece
Siempre que sale la luna
Y aúlla poesía
En medio de la oscuridad
...
Hace 2 horas
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