Y los carnavales.
Que derroche de colores, de música.
Desde los preparativos, meses y meses, de ensayos, de reunirse con los compañeros, a ensayar los pasos; escoger la música, tema, vestuario, lugar de ensayo, horarios, que todo este en secreto, para evitar que te copien y ya con la idea principal, retocada, quien sabe si hasta los superen, lo que se esta fraguando.
¿Y quien les enseña, a los integrantes de una comparsa?
Pero, si todos, tienen los ritmos bajo la piel.
Lo mas difícil, es ponerse de acuerdo, para escoger, cuales son las coreografías, mas vistosas y llamativas, para ganar en el concurso.
Porque todos se saben expertos.
Si nacen, crecen y se forman en este ambiente bullanguero.
Si formas parte del nutrido publico, que acude esas noches, a ver el entierro del mal humor, (yo no se, como le harán, para enterrar algo, que en este puerto, todavía no nace); disfrutas al mirar tanto a los que participan en el espectáculo, como a todo ese abigarrado grupo de seres, que como tu, acuden a formar parte, de esta tradición porteña.
Con un ojo al gato, y otro al garabato, gozaras de estas fiestas, en que Tampico, hecha la casa por la ventana.
Bebiendo el sexo de la discordia
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Soy sacrílego
de mis propios versos,
de la poesía absurda
que anida en los intestinos del olvido.
Soy un agujero negro
en el cielo ciego
de ...
Hace 10 horas



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