Ya me sentía tan realizada, ya sentía que todo marchaba bien, que me tomo, muy de sorpresa esta calamidad.
Primero un ciclón, donde de milagro, mi casita de madera no se cayó. Pero quedó, con las láminas del techo, casi del todo voladas.
Y luego, vino la inundación.
Con sus aguas puercas, sepultando grandes extensiones de la ciudad.
Aunque atranqué muy bien mi casa, vi, como salían por debajo de la puerta, hechos pedazos, años y años de trabajo.
Sólo las lunas de un ropero de cedro, logre salvar. Ojalá, mas adelante, un carpintero me haga uno nuevo, y esas se puedan aprovechar.
Y el piso, de madera, quedó de no servir, montañas de lodo, lo hincharon primero, y después se pudrió.
Por eso a mis hijos acudo.
Necesito arreglar el piso y el techo. Esas cosas me urgen, de los demás, me encargo yo.
Después de varios días, por fin recibo contestación.
Catacumba de la memoria
-
Que la catacumba de la memoria
Sea el verso indemne
De mi silencio
Y el llanto ausente
De mi poesía
Ya no tengo más que decir
Ya no t...
Hace 21 horas
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por visitar el blog.