PROTECCION
Tiene 82 años, y después de tres caídas, confinada a una silla de ruedas quedó.
No se da tan fácilmente, sola de su cama, se pasa a la silla.
Ya aprendió a cambiarse de pañal, y siempre muy limpia, la encuentro.
Cuando, por unos minutos, en esos ratos perdidos, por otras personas, yo los aprovecho, y disfruto de su compañía.
Me es tan agradable llegar, abrir su reja, cruzar el jardincito, llamar para que sepa que soy yo; jalar la puerta mosquitera y empujar la puerta de fierro.
Nada en su casa tiene llave, el paso del tiempo, ha hecho que sus cosas, para la mayoría de las personas, ya no tengan valor.
Así, que no hay peligro, de que un malandrín, intente robar algo.
En ocasiones, la encuentro todavía en su cama, otras, en su cocinita o en su salita, tomando sus medicinas.
Se que se alegra con mis visitas.
Llegando la abrazo, y en su mejilla, surcada de arrugas, deposito un beso.
Respeto tanto sus canas, que son un reflejo, del tiempo sobrevivido, que solo así, puedo demostrar, mi afecto y admiración.
Le pregunto como ha estado, que ha hecho, porque aunque una persona este obligada, por la salud y la edad, a vivir mas lentamente las horas, aun es mucho, lo que puede realizar.
Y es un gran logro, pasar de un día a otro, en que las capacidades van disminuyendo, y el anciano, toma conciencia de eso.
Y tiene que resignarse, porque es la ley de la vida, el retroceder cada día mas.
Le gusta que le cuente lo que he hecho, aun lo mas trivial.
Porque, en su mundo, sujeta a los limites, de sus energías, para mover la silla de ruedas, y las escasas visitas; ese escuchar lo que una persona mas joven realiza, le hace recordar, tantas y tantas cosas llevadas a cabo por ella.
Y como recordar es vivir, entonces empieza ella, a relatarme, como fue su infancia, lo que de joven realizó, y su desempeño, como madre y abuela, en la actualidad.
Una vez me comentó, que cuando recuerda todo eso, y me lo relata, aunque tuviera, ya algunos días, que andaba con un sentimiento, de melancolía, de desaliento; al ir platicando, se va llenando su corazón, de tanta dulzura, que la tristeza, sale huyendo por la ventana, donde muere, al tocar los pétalos de sus rosales.
Al escuchar sus narraciones, me traslado a 80 años atrás, y recorro con ella, sus vivencias, y siento, que algo en mi, queda de ella.
Ya no es la viejecita en silla de ruedas, en mi imaginación, ahora es la niña curiosa, la estudiante ilusionada, la joven enamorada, la mujer en espera del nacimiento de su hijo, y luego, la forjadora de su hogar.
Comparto sus temores, de cómo en sus sueños, cree ver avisos, que no logra descifrar.
De que despierta, cree mirar sombras, que la desconciertan, y alarman.
Su mente, teme a “La Cosa Mala”.
Yo trato de tranquilizarla, le aseguro, que Dios, que tiene a su servicio, todo lo que existe, mando un par de ángeles, que la acompañen.
Porque a una persona tan buena, que tanto se encomienda al Altísimo, no puede ser tocada por la maldad de este mundo, ni del otro.
Marucha: Es lindo el ver que hay gente como tú, que se preocupan por las personas de la tercera edad.
ResponderEliminarYo soy paisana tuya y también soy enfermera jubilada, trabajé muchos años en el IMSS y sé que los más solos son los ancianos, debería decir:SOMOS, pues yo ya pertenezco a ese gremio.
Tengo miedo de que algún día llegue a ser una carga para los míos, bueno, creo que nadie lo desea, pero si eso pasa, ojalá haya una Marucha cerca.
Gracias eres una mujer con mucha luz, creo que es "luz de Dios".
Que El te bendiga.
Con mi cariño:Doña Ku
Estoy segura que esa ancianita se alegra mucho cada vez que te ve aparecer por su casa, a los ancianos les gusta mucho la campaña y tener con quien hablar y contarles sus historias, necesitan de todo nuestro cariño.
ResponderEliminarYo voy a la residencia de ancianos de mi ciudad muchas veces al año siempre que puedo y suelo llevarles dulces, pastas y turrones en navidad, son personas que no tienen familia y están allí metidos y agradecen mucho las visitas.
Es algo que me gusta hacer.
Besos.
Emy debemos brindar compañía,amistad,cariño,ternuras a los ancianitos,nosotros también,si Dios nos deja,algún seremos ancianitos,y nos va a gustar tener amigas que nos visiten.
ResponderEliminarUn ancianito,pudo haber tenido muchas amistades,pero en la actualidad,o ya están muy enfermos,o no pueden salir de sus casas,y en ocasiones,muchas de sus amistades ya fallecieron.
Por eso, mientras uno pueda,tenga un poquito de tiempo disponible pues ha disfrutar de la plática,el afecto y el amor, que es recíproco y que enriquece el Alma.
Marcuha disculpame si no te contesto en Bohemia, seguramente el dueño qme cerro la cuento por mi apoyo a Maite.
ResponderEliminarBueno no me importa mucho, lo siento mas por Maite que es una buena escritora, espero que a ti no te la cierre.
Besos
Necesitan nuestro cariño y en él va incluido tiempo, palabras, compañía.
ResponderEliminarEs una etapa de nuestra vida en la que el deterioro físico muchas veces va unido a la soledad.
Muy valiosa tu labor.
Un abrazo.
Emy, entre más vivímos mas veeeemos.
ResponderEliminarLuego te cuento como me va.
Emy,amigas por siempre.
Aire de Alhena, debemos mirar bien en nuestra comunidad quien necesita cariño ???
ResponderEliminarPor lo regular son los ancianos y las personas con capacidades diferentes.
Empezamos por nuestra familia,no vaya a ser como el dicho mexicano " candil de la calle,oscuridad de la casa".
Seguimos con nuestras amistades y sus familiares,luego nuestros vecinos,y así es esto,
das cariño,ternura,amor, y de repente recibes tanto amor,tanta ternura ,tanto cariño, en correspondencia, que debes de nuevo una y otra vez, repartirlo.
Recibe un fuerte abrazo, y muchas gracias por tus comentarios.
Bella y emotiva historia de la vida real.
ResponderEliminarGracias por compartirla,
Un beso María, Luz de Dios que ilumina a todos los que le rodean.
Nunca cambies!
Maestra Canto en Flor, gracias por su visita.
ResponderEliminarEstoy repasando la tarea que dejó en su blog.
Espero ganarles a los demás.
Reciba un fuerte abrazo desde estas tierras huastecas.