Gracias por sus latidos de afecto y cariño que alimentan al Alma.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Premio Amistad

El blog http://cantoenflor.blogspot.com/ me ha hecho este regalo ¡ maravilloso!

Estoy feliz,pero no sabía ni cómo traermelo,es mi segundo regalo bloguero,el anterior,
me lo dió mi amiga Emy,pero era otra la forma de pegarlo aquí. ( por medio de cadget)

Y ahora, la maestra que administra el blog Canto en Flor, hizo el gran favor de explicarme como lo podía traer para acá.

Gracias maestra,le estaré eternamente agradecida.

Bueno, ahora hay una serie de condiciones, pero como ya se me hizo super tarde,más al rato,cumpliré con lo estipulado.

¡ Estoy feliz!

Despues de unas horitas he regresado ha cumplir con las condiciones del juego :

1.- Enlazar al blog que te lo entregó: http://cantoenflor.blogspot.com/2009/09/mas-vale-tarde_28.html

2.-Poner en tu blog las reglas.

3.- Entregarlo a 6 amigos.

4.- Avisarles en su blog de que tienen un premio.

5.- Contestar a las siguientes preguntas :

a) ¿ Por qué te decidiste a tener un blog ?

Porque tengo datos, fotos, fechas y nombres de pobladores de una comunidad que tiene 455 años de fundada, y es importante que se conozcan los relatos de quienes los narraron.La mayoría son personas de edad muy avanzada, que tienen mucho que enseñar pero no pueden hacerlo por internet; ellos confiaron en que yo podría dar a conocer sus historias de vida, de lucha,de superación personal.Ya están en 2 libros,los cuales he regalado ejemplares a quienes narraron las historias,entre quienes han acudido a las presentaciones,entre sus familiares, a amistades,pero no es suficiente.No se compara con un blog que puede llegar a muchas partes del mundo,y a muchas personas.

Ahora,que también yo estoy incluyendo mis historias ,mis relatos redactados,pensados y vaciados en 2 libros que nombro de cuentos.

b) ¿ Cuánto hace que lo tienes ?

5 meses

c) ¿ Qué sentimientos tuviste a través del mimo ?

Sinceramente me sorprendió.

d) ¿ Has hecho muchos amigos ?

Tengo nuevos amigos en la red,que pienso en ellos, y le pido a Dios los ayude y bendiga en sus vidas.

e) ¿ Qué significa para tí la amistad ?

La equiparo a una familia.Existe cariño,afecto,amor,comprensión.

f) ¿ Qué te gustaría decirle a un amigo/a hoy ?

Que me duele mucho saber que tiene cáncer, que tengo Fé que saldrá con bien de sus quimioterapias, que podrá aguantar la operación que le van a hacer; que no es posible que su vida se esté apagando,que tiene mucho por quien vivir,tiene hijos,nietos,esposo.

¡ Oh ! ¡ Dios ! Dale más tiempo de vida a mi amiga , mira que la quiero como si fuera mi hermana.

Cristo, acuerdate de Lázaro, ¡ Lloraste al saber que había muerto ! y ¡ Cómo lo resucitaste!

g) ¿ Qué esperas de la amistad ?

Nada, es extraño, pero es la verdad.

Si tengo la amistad, para mí con eso es suficiente.

El tener una amistad, el platicar, cada quien responde como es; ser amigos no es cambiar a nadie,es aceptar,aceptar tal y como es la persona,aceptar ausencias,lejanías,olvidos; aceptar aprecios,cariños,un saludo,un abrazo,besos.

En cambio, yo me siento responsable cuando tengo una amistad,yo tengo que dar el todo,el estar al pendiente,el mimar,el cuidar.

Supongamos que siembro varias platitas,que ignoro de que especie son; unas de mango,otras de rosales,otras de duraznos, aguacates, algún nopalito,espinudo, díficil de trato ( si le pones mucha agua-cariño se seca) , pero que ¡ oh¡ unas tunas da de vez en cuando.

Al paso del tiempo,darán el fruto de lo que són.Si no las cuido,se secará la amistad ¿ y de quién es la culpa ? ¡ MIA!

y ahora le paso el premio a :

Rita del blog http://ritamentor.blogspot.com/

La Gata Coqueta del blog http://lagatacoqueta.blogspot.com/

Un colibrí viajero desde el sur de mis ojos con alas viajeras del blog http://huellasverdesyrojaslejaniasyquimeras.blogspot.com/

Katty del blog http://kathyconectadosconelalma.blogspot.com/

Jessica del blog http://elmundodejessika.blogspot.com/

Princesa del blog http://princesasycuentos.blogspot.com/

Josefa del blog http://lashistoriasdemisabuelos.blogspot.com/2009/09/el-lobo-y-los-siete-cabritos.html

viernes, 25 de septiembre de 2009

Padrinos ( 2 y final )


En el montón de cosas que fluían y fluían, que pasaban y pasaban, apareció flotando un becerrito muerto.
Y la vaca, como su crió, lo reconoció.
Con su hocico, lo empezó a jalar para llevarlo a la orilla.
Entonces, el anciano con espanto recordó, que el tenia, algo muy importante que realizar, y que por acumular objetos, el tiempo se le acababa ya.
Empezó a la vaca a gritar:
¡Espera, espera!

Ayúdame, sólo un poco mas. No es posible, que ya no tenga oportunidad.
Pero para el rumiante su cría, era lo más importante, y siguió alejándose.
Y el anciano siguió gritando, suplicando, implorando piedad.
Yo con mis padrinos, veía sorprendida la escena.
En un instante sentí, que el anciano era yo.
Que yo, sentía esa ansiedad, de haber perdido el tiempo, algo muy valioso, y que me causaba angustia, el no poderlo recuperar.
Yo me vi como el anciano.
Y a la vez, sabía que existía como mujer, en la orilla, con mis dos padrinos.
Ahí, reconocí, que el anciano y yo, éramos uno mismo.
Aquella noche, ésa fue mi lección.
Volví a casa, y una lista elaboré.
No desear mas nada en la vida, por ser eso causa del dolor.
Cada día regalar, o tirar algo que me perteneciera; porque los objetos, me quitaban el tiempo, y son sólo una carga, si ya de por si, vamos muy pesados con solo nuestros sentimientos y pensamientos.
Y me dediqué a estar pidiendo mentalmente, al Poder Infinito, minuto tras minuto, que me quitara todo aquello, que me alejara, de la Gran Verdad.
En los días siguientes, me deshice de televisores,
estereo, microondas, discman, mp3, ipod, compu,USB, Laptop, adornos, libros, y tantas cosas más, y dichosa me sentía.
Felicitándome satisfecha, de haber aprendido la lección.
Una noche, aparecieron mis padrinos.
Moviendo la cabeza, y con gesto adusto, me hicieron ver, que nuevamente estaba en un error.
Que estaba faltando al primer precepto, que es no desear nada.
Y yo, no solo lo deseaba, sino que lo estaba exigiendo.
Que si seguía pidiendo, que se me quitara todo lo superfluo, todo lo que empaña mi esencia, me quedaría sin casa, familia, y sin este cuerpo, que es también algo ilusorio.
También, me explicaron, que algo peor, que un ignorante, es un ignorante que cree saber.
Y ya tengo años, esperando por las noches, que mis padrinos vuelvan, a señalarme cual es el sendero que lleva al conocimiento.
Creo, que los he defraudado.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Padrinos



PADRINOS

Esa noche fuimos a caminar, era la hora de otra lección.
Me llevaron a la orilla de un río, y mis dos padrinos, enfundados en sus gabardinas, tapadas las cabezas con bufandas, con una seña, me invitaron a observar.
Ese caudal, llevaba innumerables cosas; objetos de lo mas variado y de aparente gran valor, pero como iban, sobre una materia de desecho, chocolatosa, espumosa, todas estaban de ya no servir.
En ese lugar, apareció navegando un anciano, sobre una vaca blanca, con manchas negras.
El señor era muy delgado, encorvadito, de unos setenta años de edad. Y se detuvo en un sitio del río, a buscar afanosamente fotografías, y algunos trebejos, que el declaraba que eran de su propiedad, porque en ese punto del rió, en el fondo, el, alguna vez, construyó su casa.En el montón de cosas que fluían y fluían, que pasaban y pasaban, apareció flotando ...(continuará).

martes, 22 de septiembre de 2009

Puntos suspensivos



PUNTOS SUSPENSIVOS

Mamá,
¿Por qué no platicas conmigo?
porque eres muy niña,
y no me comprenderás.


Mamá,
¿Por qué no platicas conmigo?
porque tengo
muy poco que contar.


Mamá,
¿Por qué no platicas conmigo?
porque ya no sé,
ni como empezar.


Entonces, mamá, toma mis manos,


mira mis ojos, y encuentra en ellos,


el amor que siempre he sentido por ti.

domingo, 20 de septiembre de 2009

AMIGO


AMIGO

Me vino a visitar, la mamá de mi amigo Carlos.
Me trajo unos cd’s, de música, y videos.
Se, que desde hace meses, me quiere preguntar algo.
Yo espero, a que ella, se decida a dar el primer paso, y que rompa esa barrera, que no le permite, comunicar esa angustia, que atenaza su pensamiento.
Intuyo su pesar, pero así, como cuando vas a la playa, y con el movimiento de las olas, se revuelven la arena y el mar, y tu tienes que esperar a que se asiente, y se clarifique el fondo, para poder distinguir lo que hay en el; así, después de una perdida muy grande, tienes que darte tiempo, para poder soportar y aceptar, la nueva situación.
Después de la muerte de mi amigo, su mamá, además del inmenso dolor, con muchas interrogantes quedó.
Y al fin, un día, me comentó:
Si mi hijo sabia nadar tan bien, ¿como es que se ahogo?
Yo por esas fechas, lo noté muy callado, ensimismado, decaído.
Y el día de su accidente, se levanta muy eufórico, cantando, bromeando, con ganas de ir a la alberca.
¿Es que acaso ya había tomado la decisión fatal?
¿Dios, porque lo habría permitido?
Y si no fue la voluntad de Dios, ¿estará enojado Dios con mi hijo?
¿Cuáles serian los pensamientos de mi hijo, para tomar esa decisión?
La señora creía, que yo, por las numerosas veces, en que he intentado con mi vida terminar, podría poner algo de claridad en sus razonamientos, que como madejas de estambre, cada día se enredaban más.
Trate de consolarla, explicándole, que solo Dios, que es el que da la vida, solo Dios, es el que la puede quitar.
Y que no puede haber enojo en El, por un intento así, sino una gran compasión.
Pues es todo entendimiento, y su Amor, no tiene fin.
Le conté de cuando compre un arma, y ya estando solo en el cementerio, para mis días, acabar con un balazo, según yo ; llega justo, en ese momento, una persona, toda amabilidad, paciencia, y con una platica tranquila, suave, disuelve en esos momentos, mis planes.
Que debo decir, que ha veces, ni uno mismo sabe, porque se esta tomando la decisión del suicidio.
A veces, porque se siente angustia, tristeza, anda uno deprimido, decepcionado, desanimado.
Tenemos cambios de conducta, que rebasan las dos semanas, nos da mucha hambre, o no queremos comer nada. Solo queremos estar durmiendo, o padecemos insomnio, y nuestras ojeras nos delatan.
No queremos hacer nada, por lo fatigados que andamos, que sentimos el cuerpo pesado, como con un gran fardo sobre nuestros hombros.
Otras veces, sentimos mucho coraje, rencor, contra algo, o contra alguien; o contra alguna situación, y en lugar de expresarlo verbalmente, o desahogarnos por otros medios, optamos por negar, que tenemos un problema, o creemos, que no hay solución para ese problema.
Y entonces, toda esa ira, la enfocamos contra nosotros mismo.
Puede ser, que creemos, que hicimos algo tan grave, tan imperdonable, nos sentimos tan culpables, que decidimos que es tan grande el castigo que merecemos, que solo nuestra vida, es el justo pago.
Entonces, decidimos, me voy de aquí.
Porque soy muy valiente, me atrevo a tomar mi vida.
Y en realidad, lo que intentamos es de cobardes.
Y no solo huimos de los problemas, sino, que también, queremos salir huyendo, de este mundo.
También le comenté, de cuando me quise ahorcar, y mi hermano, sosteniendo mi cuerpo, logro reanimarme, con sólo la fuerza de su voluntad.
Y a pesar de ver, que derraman tantas lágrimas, ante tu actitud, uno no cree que lo quieren, y no aceptamos, las muestras de cariño.
Nos sentimos tan heridos, que duele, que te toquen, que te abracen.
Como si fuéramos hielo, y te rodeara la lumbre.
Entonces, nos envolvemos con capas y capas de indiferencia, amargura, cinismo.
Estamos tan ocupados en protegernos, que se nos llega a olvidar, a lo que venimos a este mundo, que es a ser felices, y a hacer felices a los demás.
Pero como nadie puede dar lo que no tiene, se comporta uno, como aquella tierra árida, seca, con grietas, que está tan necesitada de agua, que no la absorbe.
Que deja escurrir el líquido, como si tuviera una película de plástico.
Y así, vamos por la vida, estando tan sedientos de amor, lo rechazamos.
Nos hacemos refractarios a las muestras de afecto, y hasta de manera violenta, grosera, exigimos, que nos dejen en paz.
Un doctor, recomendó a mi familia, internarme, en una unidad de atención psicológica y psiquiatrica, donde me harían análisis completos, para descartar algún problema, de origen químico, que seria el causante de mi manejo inadecuado de emociones.
Ahí tendría regimenes estrictos, con horarios inflexibles, que mantuvieran mi mente y cuerpo ocupados. Porque no se pueden tener dos pensamientos, al mismo tiempo, y si tú tienes las manos ocupadas, descansa tu mente.
Asistiría, a reuniones periódicas con psiquiatras, y psicólogos. En mesas redondas, con otros pacientes, reconocer que no somos los únicos, que hemos tenido o tenemos problemas; que podemos convertirlos en oportunidades de encontrar soluciones.
Que puedes tener quinientos mil problemas, pero sólo una vida.
Mis padres, con sutileza, me presentaron esa sugerencia del doctor. Pero, yo estaba en un periodo de franca negatividad.
Y estalle, con un ¡se quieren deshacer de mi! que fácil, me internan, y jamás, me vuelven a sacar de ahí.
Mira, hijo, ya no existen hospitales, donde los pacientes, con problemas psicológicos, estén internados de por vida. Estaría más gente dentro, que fuera de los hospitales.
Solo se trataría de unos días, te visitaríamos. Estaríamos al pendiente de ti, como siempre ha sido.
Tú nunca dejaras de ser nuestro hijo.
Te amamos y nos duele verte así, solo queremos protegerte de ti mismo.
Yo seguí aferrado en mis trece, y conteste, un rotundo no.
Durante meses, parecía que yo había dejado atrás, mis depresiones, pero únicamente estaban agazapadas; alimentadas por mis reflexiones lúgubres.
Solo esperaban un momento, un motivo fútil, para salir impunemente, y así poder culpar a alguien más, por lo que hiciera yo.
Mis padres, hasta aceptaron, que personas de diferentes religiones, visitaran nuestra casa.
Solo daban la oportunidad, de que yo reflexionara, sobre el Amor de Dios.
De primero recibía a los que trataban de ayudarme; pero sus palabras me sonaban, como al que oye llover, sin mojarse.
Después, de plano, mejor no salía de mi cuarto. Mis padres, no me obligarían.
Cesaron las visitas. Pasó el tiempo, y en este último intento, donde tantas pastillas ingerí, estuve inconciente por meses; mi familia pensaba, que ya no iba a despertar.
Ahora, en casa estoy, postrado en cama, victima de las secuelas, de tanto fármaco que tomé. No puedo caminar, me bañan, me dan de comer en la boca.
Y como nadie se va antes, ni nadie se va después; aquí estoy, a mis veinte años, arrepentido, esperando que llegue esa fecha, que está escrita en el Libro de la Vida, y que no podemos cambiar.

viernes, 18 de septiembre de 2009

TIOS

TIOS

Estación Manuel. Choza de carrizo, piso de tierra.
Matrimonio de leñadores, con un sobrino.
Cuestión de ir tirando, de buscar donde están los mejores árboles.
El corte con el hacha, limpia de troncos, el acomodo como pinos altos, muy altos y gruesos, para una buena quema, porque hay que saber hacerla, parejito, porque así es como se hace la leña.
La que deja la flor de la ceniza, blanca, finita, que después servirá como lejía para blanquear la ropa.
Les hablo de hace cincuenta años, cuando no se usaba tanto el detergente.
Van de un lugar a otro, malbaratando todo lo que poseen, en cada partida.
Y a volver a empezar, levantar otra choza; hacer otro catre, de mezquite las patas, como orquilla, y con costales, de los que se ocupan, para el almacenaje del carbón, se hace la parte central del catre, que quede amplio, macizo, como para que salte un oso en el.
Endrogarse en la tienda del patrón, por un tiempo, mientras sale la leña, y después de la misma paga, se cobra.
Les gusta esa vida, donde tranquilos se la llevan, como si nada.
Sin horarios, y como dice la tía, “yo hago mi siesta, cuando quiero “.
A ver, que hagan eso, los de la ciudad.
Mucho dinero, mucho dinero, pero ¡que va! si están esclavos del reloj.
No, yo no cambio mi vida, por la de nadie.
Es alta, güera, ojos claros, pelo largo, chocoyo, cogido con una trenza.
Este bien dada, todo un ropero.
Cuando le preguntan, que de donde es, responde con malicia:
Soy de la Meca, la seca, y parte de la Huasteca.
Y no da razón. Nada más, para que se queden con la curiosidad.
El tío es menudo, prieto, sin rastro de barba o bigote, callado, sufrido, paciente ¡ indio puro!
El sobrino es, bueno, que diré; harina de otro costal.
Lo estaban criando, porque nadie se quiso hacer cargo de el.
Murió la madre, el padre se volvió a casar; y solo los tíos aceptaron el paquete.
Para el, los mejores días, son cuando con el tío, va al centro del poblado; surten el mandado, pasean, observan todo.
Y el tío, lo deja retozar, a su gusto.
El chiquillo, de unos nueve años, vive agradecido, por esas salidas, que son su paraíso.
Así puede soportar, el resto del tiempo, de la eternidad de tiempo, en que tiene que vivir, con esa tía tan mandona, tan de agarrar el palo, y pegarle, hasta que el se esconde debajo del catre, donde no lo alcanza su furia.
Si su tío esta cerca, lo defiende tímidamente:
¡Ya déjalo! No vale la pena que te enojes. No te vayas a enfermar.
Uno de esos días, el chamaco cae en cama, con calofríos, hirviendo en fiebre, y la botica tan lejos.
El tío tiene que partir solo, por el remedio.
Aquel pequeño, enfermo y aborrecido por la tía, que ya tiene la muina acumulada, es surtido con una nueva paliza.
Escondido en su refugio, escucha pasos.
Desea, con el alma, que regrese pronto el tío.
¿Pero, porque tocan a la puerta?
Un desconocido entra. La tía lo recibe efusiva.
Y sobre el catre risas, forcejeos, un dame, un te doy, suspiros.
Jadeos interminables, la paz.
Se marcha el visitante.
Las horas pasan, el tío llega.
Ahora, todo es peor entre la tía, y el mocoso.
La mujerona lo mira retadora, con los ojos empequeñecidos por el odio.
Y su modo de pararse, con los brazos en jarra; echando los hombros hacia atrás, al decir la puya:
-¡A ver de que cuero, salen mas correas!
Y haz esto, y haz aquello.
Y mira viejo, como tu sobrino, solo sirve para comer.
Bueno, si hasta un perro, nos serviría más, tan siquiera la casa cuidaría.
Y tira la risotada.
Lagrimas de impotencia, de rabia, brotan de aquellos ojos infantiles, que tanto han visto ya.
Mejora el tiempo, mas no la situación en aquel jacal.
Una tarde, le dice el tío al niño,” vamos a agarrar aire”.
Sentados en un tronco, sintiendo la resolana, respirando aire limpio, durante un lapso de tiempo
están en silencio.
Con el rostro imperturbable, la mirada a lo lejos, el tío pausadamente empieza.
He notado el asunto entre la tía y usted.
Usted, ya es un hombrecito.
A los nueve años, yo ya me sobaba el lomo, y solo.
Sin padre, madre, ni tíos.
Aquí la vamos pasando, la tía nos ayuda, mete mucho el hombro.
Pero también se, que ha ofendido gravemente nuestro hogar.
Solo le pido sobrino, que aguante un poco más.
No dar a maliciar los planes que te voy a proponer; ya has oído a la tía, cuando dice: ¡pilar del infierno, no voy a ser!, ni perol donde Satanás fríe a los condenados, si hay personas peores que yo.
No temo por mí, ya he vivido bastante; pero tú apenas empiezas.
Dentro de unos días, entrego los costales de leña, liquido las deudas, y nos vamos, usted y yo, tan lejos, que nadie pueda dar razón de nosotros.
Allá, podré trabajar, de lo que caiga, y aceptare la paga que sea, si al fin, comemos como pajaritos. No somos remilgados.
Porque en una familia, lo mas importante es el respeto; y lo demás sobrino, lo demás, es como la leña, puro humo.

Punto y Coma



PUNTO Y COMA


Y después de leer cuentos,
de todas las épocas,
de todos los estilos,
supo, que sólo le faltaba leer,
un grupo de cuentos,
aquellos que brotaran,
de su corazón.

jueves, 17 de septiembre de 2009

MAESTRO ( 2 da. y final )

Pase al salón, por favor.
Ya dentro de sus dominios, la pregunta caía como balde de agua fría.
¿Se le ofrece algo, o es que usted va a enseñarles algo a mis alumnos?
Porque estando ahí afuera, usted me los distrae.
El padre de familia, salía tartamudeando mil disculpas, y sólo volvía a pisar la escuela, si el profesor, lo mandaba llamar.
Después el maestro, empezó a enseñarnos filosofías ocultas.
Pero sólo a un selecto y reducido numero de sus alumnos.
Dejaba salir más temprano, a los pusilánimes y asustadizos.
A los que nos escogió, fue, porque vio en nosotros, materia dispuesta para ese tipo de aprendizaje, por más extraño que éste fuera.
En una ocasión, nos explicó, que era posible saber, si tu fin estaba cerca.
El día último, del mes de diciembre, se debe poner una cubeta, o de preferencia, un baño con agua; y a las doce de la noche, en el patio de tu casa, con la luz de la luna, mirar tu reflejo en esa agua.
Si vez tu rostro, como el de una calavera, de seguro morirás, en el transcurso de ese año, que apenas empieza.
Otra enseñanza fue, que si te miras, a un espejo fijamente, iluminado sólo por una vela tu rostro, a la medianoche, de cualquier fecha del año, seguro verás…
Y ahí si, que ya no me acuerdo, que entidad mencionó. Después de todo, una mocosa de primaria, no capta todo lo que enseña el maestro, y hay que recordar, que me pasaba horas y horas, sentada en el mismo lugar.
Al llegar a casa, mi padre me hacia, que le repitiera, lo más importante de lo visto en clase.
Que le contara, todas las anécdotas, y que hiciera la tarea.
Debía aprenderme las lecciones de memoria.
Y eso incluía puntos y comas.
Agarraba un lente de aumento, lo sostenía entre sus dedos, cerraba con fuerza un ojo, y poniendo toda su agudeza visual en un solo ojo, recorría, ayudado por el lente, el libro o cuaderno, que acercaba tanto a su rostro, que si hubiera tenido vida, el útil escolar, seguro cambiarían sus paginas de color, al sentirse tan observado.
Mi padre me preguntaba la lección, y debía de repetirla, palabra por palabra. Si olvidaba una, o la cambiaba por alguna parecida, tenia que volver a decir, desde el principio, la tarea.
Con las matemáticas, era hacer las operaciones, una y otra vez, con limpieza, números grandes, bien alineados, y explicarle, porque me salio tal o cual resultado. Cuidadito y me equivocaba.
No me pegaba, pero eran peor sus regaños.
“El día que yo me muera, no sé que será de ti; seguro te morirás de hambre”.
“Cuando te cases, lagrimas de sangre vas a llorar, porque no sabes hacer nada bien.”
“Y yo, en mi sepultura, volteare mi cuerpo, una y otra vez, de la vergüenza de haberte criado tan mal”.
Papá se enojaba, porque para su criterio, yo debía aprovechar mejor el estudio.
Y es que a él, le encantaba aprender.
Leía horas y horas, con placer, diversos temas.
Tal vez, por que el, sólo terminó, hasta el tercer grado de primaria, y quedó, con esa hambre de superarse, de ser más, a base del conocimiento.
Admiraba a las personas, que habían hecho carrera, sobre todo a los profesores.
Decía, saben, y eso que saben, lo enseñan; doble merito.
Una noche, oí ruidos extraños, como el de arrastrarse,
Como el respirar de animal acorralado.
Me levanto, prendo la luz y busco a mi papá.
Nada, nada de papá.
Que raro, si llega a salir me avisa.
Me dice: “ahorita vengo, enciérrate bien, y no le abras a nadie, duérmete sin pendiente, al fin que yo traigo llave.
Mi papá nunca se va sin decírmelo.
¿Y ese olor, de donde viene?
Escucho rasguños en la sala, que esta en penumbras.
Pues, ni que tuviéramos gato.
Algún ratón, se habrá metido, pero ya verá.
A mi no me van a regañar por un ratón.
Entro a la sala, armada con una escoba ¡y que veo!
Una presencia, que cambiando de forma a cada instante no me permite identificar si pertenece a algún tipo específico de animal.
Escucho su jadear estertoroso, cuando logro reconocer, de ese horrendo ruido lo siguiente:
Tenía razón el maestro, hijita, tenia razón.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Maestro ( 1 )

MAESTRO

Formada. En el patio de la escuela, al inicio del ciclo escolar; espero con curiosidad, quien será mi maestro, y quienes, mis compañeros de salón.
Se, que será, uno de los profesores mas estrictos.
Mi padre, se encargará, de eso.
Si hay tres o cuatro grupos, de sexto grado, el escogerá, al del maestro, mas severo.
Y sacándome del grupo, que por lista, me toque, me pasará, a la fila, del grupo, que el deseé.
Siempre lo ha hecho así.
Desde el primer grado de primaria.
Los maestros, no lo comprenden, pero lo dejan ser.
Saben, que abandonado por la esposa, con la responsabilidad de una hija, no tiene un carácter, muy dulce que digamos.
Además, gusta de las armas y los tragos.
Un cóctel, algo difícil de digerir.
Mi padre es alto, moreno, de complexión robusta. Su voz es potente. Tiene un andar recio.
Yo salí, parecida en el físico, a mi madre.
Papá me dice, ni modo hijita, ponte a estudiar.
Porque en la repartición de belleza, llegaste tarde.
Y como ya lo sabía.
Me toca el maestro más terrible, el próximo a jubilarse. El que ya está curtido, de reportes y llamadas de atención.
El que pega en las manos, con la regla, sino haces bien la tarea.
El que pasa, por los pasillos del salón, pegando con el metro, en los hombros, si no te sientas bien.
Después de meses, voy apreciando, lo mas rescatable de ese mentor.
Al final de la clase, cuando toca el timbre la salida, del turno vespertino, y todos los demás alumnos de la escuela, salen gritando de gusto, nuestro maestro, se pone a leernos, la Iliada y la Odisea, las Diecinueve tragedias, de Euripides, la Teogonía, de Hesiodo, y muchos mas clásicos.
Nos deleitaba con sus explicaciones.
Nos dejaba ir a casa, hasta que, ya no era posible leer, con la simple luz del sol.
Los primeros días, de ese año escolar, algunos padres, pasaron al interior de la escuela, preocupados por la tardanza de sus hijos.
Se asomaban, por aquellos resquicios, que previamente, nosotros alumnos, habíamos creado, raspando, la pintura verde oscuro que cubría
los cristales de las ventanas del salón.
Gran error.
El maestro detenía la clase, se dirigía a la puerta de metal del salón, y destrabando su gran pasador, con un rechinido herrumbroso, la abría.
Asomaba su cabeza canosa, se acomodaba mejor sus lentes, y señalando a alguno de esos padres, le decía...

martes, 15 de septiembre de 2009

MADRE

MADRE

Paulatinamente, se acerca el fin de estas vacaciones.
Ya me sé, la rutina del regreso a clases.
Levantarse, desayunar, darle la ropa a mi hijo estudiante. Que se vaya a la preparatoria, que Gracias a Dios, está cerca.
Arreglar la casa, hacer de comer, y mi hijo llega, exactamente, diez minutos después de que salio de clases.
Come y hace sus tareas. Prepara su mochila para el siguiente día. El resto de la tarde, la ocupa, en jugar por Internet, chatear con sus amigos, ver la tele, y escuchar su música, todo al mismo tiempo.
Sé, que para él, el tiempo de distracción, será muy breve.
Ya no será, como en éstas vacaciones.
Yo quiero, que mi hijo esté mas tiempo en casa, pero también que estudie.
En largas noches de insomnio, recordando conjuros de mis antepasados, no en balde llegaron de Catemaco, la cuna de los brujos, encontré una solución.
Descabellada, loca, pero no dejaba de ser una salida, para una madre solapadora, que quería complacer en todo a su retoño.
Busqué en unos malenticitos que escondidos tenia en un armario, aquellas oraciones antiquísimas, que me heredaran bajo la promesa, de sólo utilizarlas, en casos muy extremos, y con mucha moderación.
Confiaban ellos, en haberme formado con mucho juicio y discernimiento. Pero, no es lo mismo, un corazón de moza, a un corazón de madre.
Toda la mente se nubla, solo se ve con amor.
Y bajo condiciones, que al recordar, tengo que reconocer, rallaban en la demencia, a horas de la madrugada, invocando oscuros espíritus, de ayeres muy lejanos, logré crear, una reproducción de mi hijo tan amado.
La replica de mi hijo, ira a la escuela , tres días a la semana, en lugar de mi hijo.
Así, mi hijo, estará en casa más días, jugando en su compu y yo feliz, con su compañía.
Solución sencilla, que ira complicándose.
Así, como todo se complica, cuando uno quiere hacer sus reglas.
Mi hijo y su replica son idénticos, al hablar, al vestir, al moverse, al gesticular.
Solo su padre y yo, podemos distinguirlos.
Porque hay algo, que no es posible copiar.
Los sentimientos.
Hay en los ojos de uno, tal calidez, que alegran el alma.
Y hay en los ojos del otro, un témpano de hielo.
La nada, el vacío, en lo que denominamos humanidad.
Y es que los sentimientos, y valores se van forjando cada día, desde la cuna.
Se nutre en noches de desvelos, en ternuras.
El “otro”, es como un parasito, se desarrolla, a expensas de mi hijo.
Tiene su rostro, un mohín de desprecio a todo, una indiferencia al calor familiar, a la convivencia fraterna.
El día que se presentó a la escuela, ese día lo corrieron.
No existen limites para el. Nada le importa.
Momento, si, algo le importa.
Suplantar a mi hijo.
Adueñarse de su lugar en este mundo, en esta casa.
Debo librarme de el.
Mandarlo de donde viene.
Del no existir.
Pero, para esto, debo esperar, la fase precisa de la luna.
Todo tiene su tiempo.
Y a mí, y a mi hijo, se nos acaba el tiempo.
El "otro" nos avasalla.
Nos domina con su desden.
Sólo falta esta noche, y todo habrá terminado.
Tomo las hojas amarillentas, para pronunciar palabras cabalísticas…
Más que noto, movieron los malenticitos.
Alguien trasculco.
¿Cuando? ¿Pero quien? ¿Para que?
¿Donde esta mi hijo?
¿Donde esta, por el que mi corazón vive?
Lo llamo a gritos.
Recorro la casa. Y solo veo al "otro".Y su mohín de desprecio.
Su burla silenciosa.
Caigo de rodillas, destrozada, ante la inmensidad de mi tragedia.
Ante ese ser, que no llega, ni a Caín.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Yuxtaposición ( 3 ra. y final )

Se mete al baño.
Ya para entonces, casi estoy dentro de la casa.
Corro a ver que hace mi tía con los billetes en el baño.
Quiero ver donde los esconde.
Llego justo a tiempo, para oír, como le baja al depósito de agua de la taza del baño.
¡Tía, tía! ¿Qué hace?
Ya rompí, y tiré, todas esas barajitas.
Ya vez, que tus hermanos pierdan el tiempo coleccionándolas.
Si no son barajitas de jugadores, son de dibujitos, de monitos.
Esas cosas no los dejan estudiar, y ya sabes que tú papá y tú mamá, como trabajan todo el día, ni cuenta se dan.
Ayer fui a la junta de tu escuela a recoger las boletas, la tuya y la de tus hermanos.
Y vi que no andan muy bien.
Quiero que estudien más entre semana. Y éste domingo, como premio, los llevaré a la piñata de ese compañero tuyo, el que cumple ocho años.
Yo recuerdo de golpe todas esas cosas.
La abnegación de mi tía por nosotros.
Su entrega absoluta a educarnos, a mimarnos.
En esa yuxtaposición de fechas, nombres, acontecimientos; de ayer y hoy, emerge la esencia, que es el amor.
Mi tía siempre nos ha amado, nos ha querido proteger.

Y aun ahora, con la enfermedad del Alzheimer, en su mente, no están sus intereses, no están el “yo quiero”, el “yo necesito”.
Si no, el “en que puedo ayudar a mis sobrinos”.
Me invade una sensación de plenamente amada.
Y miro a mi tía, con los ojos llenos de lágrimas, por el agradecimiento y el amor,
que siento por ella. Por todos estos años compartidos.

Abrazo a mi tía, y ella, al escuchar mis sollozos, me dice:
-¿Por qué lloras hijita?
¿Qué acaso eran muy importantes para ti?
¿Eran muy valiosas esas barajitas?

Veo la preocupación en su rostro.
Teme haber cometido un error.
Es, como si de repente, sintiera que pierde piso, que quisiera aferrarse a algo, que no encuentra, ni en el pasado, ni en el presente.

Yo la miro. Hago contacto visual con sus ojos.
Ahí, donde habita mi tiíta de toda la vida.
Y le contesto calmadamente.
No tía, no era algo valioso.
En este hogar, apreciamos y le damos valor, a los que integran esta familia.
Y usted tía, usted, es la persona mas importante para nosotros.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Yuxtaposición ( 2 da. de 3 partes )


Tía ¿no vio un dinero, en este cajón?
¿Cual cajón?
Este tía.
No, si yo no meto mano a tus cosas.
Tía, ¿no guardó usted, un fajo de billetes?
¿Cuales billetes?
Unos billetes, que dejé aquí ,en éste cajón.
¡Ay, hijita! Búscalos bien. ¿Donde los habrás dejado?.
Si eres igual a tus hermanos, nunca saben lo que hacen, ni donde dejan las cosas.
Para esto, mi tía , siempre confunde a mis hijos, con mis hermanos. Los nombra igual, que como se llaman los tíos.
Si hasta un día, muy seria, me interrogaba.
Señora, señora, ¿quien es usted?
¿Que hace usted, aquí en esta casa?
Con paciencia, la ubico, una y otra vez
¡Tía, tía! soy yo. Tu sobrina consentida. Y aquí vivimos. Y esta, es nuestra casa.
Tu casa, mi casa, aquí vivimos.
A ver, repite. ¡Estoy en mi casa!
¡Estoy con mi familia! mi tía respira, con franco alivio, y dice:
¡ay, hijita! que bueno que me dices eso. Me siento más tranquila.
Mi esposo, al ver que no logro, que mi tía recuerde donde está el dinero, me llama aparte.
¡Amor, no te apures!
Si es una cantidad, nada despreciable. Pero lo que las paredes agarran, las paredes desechan.
Diles a los muchachos, que te ayuden, a buscar esos billetes. Y no te molestes con tu tia. Mas bien, toma conciencia, que debes tener mas atención con ella.
Es mejor, que este descuido, haya recaído en el dinero.
Que al fin y al cabo, el dinero va y viene, Y al final, cuando nos vamos, nada nos llevamos.
Pero que tal si tu tía ¿hubiera hecho algo que pusiera en peligro su vida?
Como dejar las llaves del gas abiertas, tomar medicamentos del botiquín, o beber alguna sustancia toxica, de las que ocupas en la limpieza.
Recuerda, que ella, tu tía, ha sido la abuelita, que Dios les mandó a nuestros hijos.
Pasan los días, y del dinero, nada.
Ya la casa ha sido volteada de cabeza, una y otra vez.
Comento con una amiga, mi desconcierto.
Ella se ofrece a ayudarme.
Viene una mañana, porque dice, como saber que paso, con ese dinero.
Nos encaminamos a la cocina, donde ella asegura, que es el sitio de la casa, donde hay más energía positiva.
Porque es ahí, donde siempre están, presentes, los cuatro elementos básicos; el agua, el fuego, la tierra y el aire.
Nos sentamos frente a la mesa de la cocina.
Pone en la mesa, un vaso de vidrio transparente, con 3\4 de agua.
Me pide que me arranque de la cabeza, un cabello.
Después de todo, yo soy la interesada.
Mi amiga, se quita una argollita de oro, que siempre trae en el dedo anular, de su mano izquierda
Pasa el cabello, por el centro de la argollita, y la sostiene con el cabello, como péndulo, con los dedos pulgar e índice.
Me muestra, como colocando el brazo, apoyado el codo en la mesa, sin tocar el vaso, se debe introducir, aquel péndulo, en el centro del vaso de agua.
La argollita no debe tocar el líquido, solo debe, quedar a unos milímetros de distancia del agua.
Se debe de esperar un poco, a que este completamente inmóvil el péndulo. Nada, de que me tiembla la mano.
Posteriormente, se debe uno de dirigir hacia el anillito, amablemente, como en confianza.
Anillito, anillito, quiero que me contestes esta pregunta…
Si la respuesta es negativa, seguirá inmóvil el anillo.
Si es positiva, empezara a moverse, suavemente, de un lado a otro, de manera horizontal.
Se sigue insistiendo, con la misma pregunta.
Y el anillo se moverá, de manera tan violenta, que tomara un movimiento, entre circular y francamente errático. Que en momentos, chocara, contra las paredes del vaso. Y parecerá, por el sonido, que va a romperlo.
Esa es su manera, de respondernos, de manera categóricamente afirmativa.
Después de explicarme mi amiga, lo que puedo esperar del anillo, empieza con las preguntas que me interesan
Anillito, anillito, ¿está el dinero en la casa?
Nula respuesta.
Anillito, anillito, ¿alguien se lo robó?
Ni un movimiento del anillito.
¿Anillito, anillito, alguien lo tiene?
Y el anillo, no se mueve.
Me decepciona la inmovilidad del anillo.
Mi amiga le da las gracias al anillo, y suavemente, lo saca del vaso.
Me explica, que solo cuatro o cinco preguntas se le deben hacer al anillo, porque se cansa.
Y así, no podrá responder, de manera veraz.
Pensamos que no contestó porque, quizá, era yo quien tenía que interrogarlo, o que no hicimos las preguntas de manera adecuada.
Nos quedamos un rato, en silencio, mi amiga y yo. Esperando a que el anillo descansara.
En eso, llega mi hija del CBETIS.
Nos saluda de forma efusiva, y al vernos pensativas, desea saber la razón.
Mamá, ¿y ese vaso?, ¿Y porque tiene ese anillo un cabello?
Le contamos nuestro fracaso, en materia de adivinas.
Se ríe, y nos dice:
¿Pero como quieren saber la verdad utilizando métodos tan arcaicos?
Mira hija, por mí, que sean del año de la cachetada, que mas me dá; con que yo descubra que pasó.
No es posible que las cosas desaparezcan así como así. Sin dejar rastro.
Y mi hija me propone:
¿Y si lo hacemos de un modo mas moderno? utilizando la computadora, por ejemplo.
A ver hija, explícame eso.
Mira mamá:
Ponemos la computadora en tu cuarto. Enfocamos el lente de su cámara, a la cómoda, donde tenías el dinero guardado, de modo que no se vea solo ese punto, sino parte de lo que esta alrededor.
Nuestra computadora mandará la señal a otra computadora, por medio del Messenger.
Puedo ir a un cibercafe, donde estaré observando todo lo que pase en tu cuarto.
Tú no debes estar cerca, para que mi abuelita se sienta libre de actuar.
Pones un fajo de billetes que le recuerden a mi abuelita los que están perdidos, y haber que pasa.
Ya sea que nos diga en donde están, o que trate de guardar este nuevo fajo de billetes en el mismo sitio donde están los demás.
Espera para este sábado, que no tengo clases.
Cuándo yo vea que mi abuelita toma el fajo de billetes te hablo por mi celular, y te voy diciendo todo lo que hace.
¿Qué te parece mi plan?
-¡Imposible! -contesto- Yo no tengo tanto dinero para hacer esa recreación; ni que lloviera dinero, o se diera en macetas.
-¡ Ay mamá ! Solo ponle unos cuantos billetes de baja denominación y los demás, los simulas con recortes de periódicos.
Al fin, que con la liga que se les pone para sujetarlos, mi abuelita no se dará cuenta.
¿Qué dices?
Anímela doña Tere, para que salga de dudas mi mamá.
-Bueno hijita, aunque no estoy muy convencida.
Después de todo, nada pierdo con intentarlo.
Llega el sábado.
Coloco el bultito de papeles camuflageados con unos billetitos encima.
Yo me salgo a barrer las hojas del corredor y regar las plantas.
En pocas palabras, a darle espacio, darle chance, a que mi tía, vuelva a hacer la acción del otro día.
Suena el celular. Es mi hija.
Dime hija.
¡Mamá, ya agarró el paquetito!
¿Y?
Esta caminando hacia la sala.
¿Y?
Espera, no veo muy bien. Se está alejando...

sábado, 12 de septiembre de 2009

Yuxtaposición ( 1 )

YUXTAPOSICION

Esta tarde, mi esposo consiguió, vender el carro anterior, al que ahora utilizamos.
Necesitaba venderlo, porque en la cochera, no hay espacio, para dos carros.
Lo tuvimos un tiempo, al frente de nuestra casa, pero un carro, en la intemperie, se deteriora y estorba.
En otras palabras, “no es de orden”.
Mi esposo, me da a guardar el dinero.
Planeamos, mañana, ir y depositarlo al banco.
Guardo el fajo de billetes, en un cajón de mi tocador.
Doy de cenar.
Somos seis miembros en esta familia.
Mi esposo, mi tía, que es hermana de mi madre, que hace mucho tiempo falleció, y en gloria este.
Mis tres hijos, el mayor, que esta en facultad, mi hija, en el CBTIS, y el menor, que estudia la secundaria.
Y yo, que soy sobrina, esposa y madre.
No somos muchos, no somos pocos. Estamos bien. Estamos los que debemos estar.
Un nuevo día.
Tempranito, salen corriendo de la casa, mi esposo y mis hijos; al trabajo, a la escuela.
Solo nos quedamos en casa, mi tía y yo.
Me pongo a recoger la casa, que si entre todos la tiramos, rara es la vez, en que me ayudan a limpiarla.
Llegan a comer.
Mi esposo me pide, que me arregle de prisa, para alcanzar a ir al banco, a depositar el dinero, producto de la venta del carro.
Busco el dinero en el cajón, y !ha desaparecido!
No puede ser.
Si lo guarde ahí ,donde más.
Aquí, en nuestro hogar, nunca se nos ha perdido nada.
Ser honrados, es una de las primeras normas, que se enseñan en una familia.
Nadie entra tan fácilmente. Tenemos el zaguán con llave. Desde que mi tía, empezó con síntomas de Alzheimer, cuidamos que no se nos vaya a salir a la calle, y después, le vaya a pasar un accidente.
Como aquella vez, que unas vecinas, me hicieron el favor de traerla de vuelta a casa, porque no recordaba donde vivía, y eso, que solo estaba a unas cuantas cuadras.
Al llevarla, con el geriatra, nos recomendó, vigilar, que tome sus medicamentos, no solo dárselos en dosis y horarios prescritos, sino mirar que se los tome.
Porque, podemos dárselos en su mano. Y mi tía, puede dejarlos sobre una mesa, guardarlos en un bolsillo de su ropa, o dejarlos caer. Pero ella, jurara que ya se los tomo.
Su memoria, le juega esas malas pasadas.
Tenemos que estar checando, su aseo personal. Ayudarla a bañarse.
En su alimentación, sino estamos atentas, podrá pasar horas y horas sin comer.
Y si le pregunto, tía, ¿ya tiene hambre?, me contesta, con un, “me siento tan llena”.
O querrá comer y comer, sin control.
Y cada que llegue alguien, a la casa, comentara, ¡que hambre tengo! ¡ No he comido en todo el día!
!Me están matando de hambre!
Y después se enferma del estomago, por lo sobrecargado.
De primero, me daban mucha vergüenza, esas exclamaciones de mi tía.
Pero,!tome al toro por los cuernos! y les explique, a parientes y amistades, en que consiste el padecimiento de mi tía.
Y les pedí, que por favor, en la medida de sus posibilidades, me ayuden.
Los parientes, al permitirme, de vez en cuando, poder salir, con mi esposo, a despejar la mente.
Con la confianza, de que algún adulto, de la familia, este acompañando a mi tía.
Mis amistades me ayudan, cuando nos visitan, Y le hacen plática, a mi tía.
Eso le ayuda a recordar, y le da ánimos, para salir de su esfera interior, a convivir, y disfrutar, de lo mucho, que aun, la vida le puede ofrecer.
Que debe seguir luchando, por continuar, en contacto, con la realidad, que la rodea.
Tomando en consideración, todas estas circunstancias, para mí, que mi tía, cambio el dinero de lugar.
Pero para que nos diga donde, va a ser tarea ardua.
Porque ella, no ha de recordar, donde lo dejó.
Empiezo con tacto, a preguntarle...

martes, 8 de septiembre de 2009

Garantía ( 2 y final )

Soy persona eficiente. Desarrollo el desempeño de lo prometido, con entrega y cariño.
A mi este trabajo, me mantiene alerta, vigorosa, y con grandes ánimos. Investigo las raíces, de aquella familia que me contrató.
Rescato, de no se qué, nauseando arrabal, áquel primo, en tercer o cuarto grado de parentesco.
Los busco solitarios. No deseo tensionar mucho, porque, “un cliente satisfecho, te recomienda con diez”. Un cliente defraudado, te quema con 100.

Llego con el pariente aquél, de la familia que me contrató. Le comento, al eslabón perdido, en platica tranquila, como al aire, que el, tiene unos parientes, que no saben, que hacer, con su tiempo, sus personas y su dinero.
Le doy, pormenores del actual vivir, de sus parientes en bonanza.
De la A a la Z.
Donde puede localizarlos, como mails, fax, números telefónicos, aún los privados; su domicilio particular, de oficina, y donde estudian.
Le comento sus fobias, sus anhelos, sus deseos.
Las palancas, que hay que mover, para que sientan culpabilidad, angustias, y un exacerbado, sentido de responsabilidad filial.
En fin, le presento, en charola de plata, la posibilidad, de poder moverse, en un nuevo círculo familiar.
Esos parientes, sacados de la nada, que por algo, ni quien se acuerde de su existencia, son por lo regular, buenos psicólogos recibidos con honores, en la facultad de la vida.
Sé, que pueden sacar, a quien se lo propongan, del limbo en que se encuentre.
A mis clientes, sus teléfonos, siempre sonaran, a horas de lo más extrañas.
Sus llamadas, empiezan con un:
¿Te acuerdas de mí?
Aunque, nunca en su vida, sus caminos se hayan cruzado.
Y continúa, con un “pero si somos parientes”.
A continuación, sueltan, el necesito, urge, es de vida o muerte.
Si mi tía viviera, con lo mucho que me quería.
Cuando mis clientes salgan, en las reuniones, con amigos, en cualquier momento, aparecerá el primo, como por arte de magia.
Tocará su hombro, o codo, y con un fingido semblante tímido, saluda y dice ¡primo!
¡preséntame!
Ahí, del cliente depende, si pone cara de ¿what?
O si con flema británica, lo acepta en su núcleo de ese momento.
Y le inventa hidalguías, o curriculums a lo desesperado. Porque no va a presentar, a un primo, con un…
¡Ah, si! es mi primo y ya.
Porque, los parientes, no se dan en macetas.
Forman parte de tu árbol genealógico. Y ahí está el asunto.
Como te lo quitas de encima.
Es como resucitar a alguien, que ni sabíamos que existía.
Y como no atan ni desatan, ni estudian ni trabajan; esos parientes trampolines, salidos de nuestro deseo de acabar con el aburrimiento, se nos aparecen, en los cumpleaños, día de reyes, navidad, reuniones familiares, que porque es domingo, vacaciones largas, cortas.

Y su bandera implacable es,
- La sangre llama. Y debemos convivir primo, no sea, que sólo en los velorios nos reunamos.
Y como el tiempo crea derechos, se le aparecerá, donde menos lo espera, y le gritara:
¡No seas tacaño!
¡Aliviáname!
¡Dame para el pomo!
-Ya se te olvidó que…y aquí inventan, lo que quieren.
Ya para esas fechas, todos los conocidos de mi cliente, habrán tenido el gusto de platicar con el pariente resucitado, que con tal, de conseguir un préstamo, que nunca pagan, regalará, al oído atento, embustes, sin base alguna.
Que luego, mí cliente, tendrá que desmentir, y aclarar.
Yo cumplo lo prometido.
Están mis clientes, tan ocupados, y preocupados, que sus niveles de glucosa, presión sanguínea, y adrenalina, aumentarán, como pocas veces habían sentido.
Y mientras, tengan vida, no se volverán a aburrir.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Garantía ( 1 )

GARANTÍA

Nuestras vidas, cuentan, con más comodidades.
La mayoría de las casas, poseen, todos los servicios básicos.
Contamos con bienes, que ni los reyes de antaño, pudieron, ya no tener sino siquiera imaginar.
A todos, nos ha llegado, por el simple hecho de ser habitantes, del siglo XX1, todos los inventos y descubrimientos de siglos pasados.
Y se continúan mejorando, así como descubriendo e inventando, mas y mas.
Haciendo, todo esto, la vida mas placentera, apacible y divertida.
Con la televisión de cable, que tiene tantos canales, que hasta un folleto mensual, debes consultar, para la programación.
Con los teléfonos, siempre puedes estar en comunicación, con los demás.
Y el Internet, con páginas y páginas Web. Metes una palabra en búsqueda, pinzas el enter, y el resultado, mas de 10 000 sitios del tema propuesto, para que tu escojas, los de tu gusto.
Existen infinidad de juegos electrónicos, de tópicos diferentes, así como grados de dificultad.
Y después de esto boom de inventos, de este deslumbrarnos, con las maravillas tecnológicas, cuantas personas que tú conoces, si les preguntas, un día cualquiera:
¿Qué haces?
Te responden; aquí, ¡aburrido!.
¡Ay! ¡Que fastidio!, no hay nada que hacer.
Mira a tu entorno.
Los jóvenes con cara de hastió.
Cuando se reúnen, en una casa los jóvenes, ya no platican, de lo que sucede en los salones de clase.
Eso no tiene importancia para ellos.
Sus pláticas, son solo las técnicas para pasar niveles de juegos, los trucos, en que paginas Web encuentran soluciones.
En que numero, de la revista mensual, de tal consola de juegos, están las trampas descritas, y como encontrar los caminos y llaves ocultas.
Y cuando ya se pasan la información, y terminan el juego iniciado, esa tarde…
Apagan la pantalla, apagan la magia.
Silencio total.
Y las exclamaciones:
¡Hay que hueva!
¡No hay nada interesante!
¡Haber que hacemos ahora!
Y te miran, a ti, adulto, como si tú, fueras el culpable, de su estado de ánimo.
Como si tú, les pudieras ayudar, a hacer interesante su tarde.
Sin saber, que tu, estas igual, o peor que ellos.
Es ahí, donde yo intervengo.
Garantizo sacarlos de su marasmo, ponerles pimienta a sus vidas.
En el contrato, incluyo cláusulas, que prometen el cumplimiento total de lo prometido; o el desembolso de su dinero. Cobro módico.
Porque hay miles de casos así; y el trabajo, para mi, abunda. Solo pido esperar un poco.
A que llegue su turno a mi agenda.
Pero vale la pena, sus vidas darán un giro completo.

jueves, 3 de septiembre de 2009

martes, 1 de septiembre de 2009

Amigas ( 2 y final )

También, te puedo contestar, que tengo muchos años de mexicanidad.
Y que a pesar de haber sido dominados físicamente, por España, durante muchos años, hasta que nos independizamos, los hemos invadido, con nuestra cultura, y así hemos seguido invadiendo otros países, y no hay quien nos pare.
Seguimos transmitiendo todo lo que somos, a nuestros hijos, nietos, y a todo aquel, que este en nuestro entorno.
Influimos culturalmente, los lugares donde vivimos, donde morimos. ¿Qué acaso, no decimos, una y otra vez, cuando cuelgue los tenis, quiero un velorio así, un entierro asa?
Y cuando, ya no estamos, nos aparecemos en sueños, aconsejando, a los que hemos conocido, tratado y amado.
Si me preguntas, ¿Cuántos años tienes de existir?, te diré, que se, que desde, que Dios creo el mundo, ya nos tenia, a cada uno de nosotros, en su pensamiento.
Solo El conoce, el principio y el fin de la vida humana. Y nosotros, desde un principio ya estábamos en sus planes.
Así es que, tu me preguntas, algo que ni yo se.
Mira, tomate tu café, y hablemos de otra cosa.

Portada del libro "Más allá"

Portada del libro "Más allá"
Camino de Amor Infinito

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